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Artículo nº11 – El hijo del Trueno fue elegido Patrón de España y procesiona en Cartagena

09/12/2022AGRUPACIÓN DE SANTIAGOAGRUPACIÓN DE SANTIAGOAGRUPACIÓN DE SANTIAGO APÓSTOLCOFRADÍA CALIFORNIANOTICIAS

El hijo de Zebedeo, el hijo del trueno, Sant Iacob

Zebedeo era un pescador de la ciudad de Betsaida (Galilea). Su mujer, Salomé le dio dos hijos, Juan y Santiago. Santiago el Mayor estaba pescando con su hermano Juan en el lago Genesaret cuando fue llamado por Jesús. Santiago, Juan y Simón Pedro fueron del grupo más restringido de los doce, los predilectos.

Santiago, mientras estuvo al lado de Jesús,  fue testigo presencial de la resurrección de la hija de Jairo, de la transfiguración de Jesús. Estuvo con él mientras oraba en el Huerto de los Olivos, fue testigo de su aparición a orillas del lago Tiberíades, de la pesca milagrosa. Los Hechos de los Apóstoles narran que estuvo en el Cenáculo, orante, esperando la venida del Espíritu Santo.

Tras Pentecostés, Santiago habría cruzado el mar  Mediterráneo, desembarcando para predicar el Evangelio en Hispania, (actuales España y Portugal). Una versión postula su llegada a  la actual Cartagena por el barrio de Santa Lucía, ya que Carthago Nova era uno de los puertos más importantes del Mediterráneo, de donde partiría predicando hacia el norte de la Península.

Dice la tradición que la Virgen María se apareció a Santiago el Mayor en Caesaraugusta. María llegó a Zaragoza en carne mortal antes de su asunción. Como testimonio de su visita habría dejado una columna de jaspe conocida popularmente como  “el Pilar”. Hoy día se sigue venerando en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar de la capital aragonesa.

Santiago, tras su regreso a tierras palestinas, es condenado a muerte y decapitado por orden del rey de Judea, Herodes Agripa, fechándose entre los años 41 y 44, respectivamente.

Tradicionalmente, se ha afirmado que los restos hallados en Santiago de Compostela a principios del  siglo IX correspondían al apóstol Santiago. La leyenda se cierra con que dos de sus discípulos, Atanasio y Teodoro, habrían llevado su cuerpo (conservado de alguna manera) por el mar Mediterráneo. Costeando el Atlántico habrían llegado a Galicia, siendo enterrado en Iria Flavia, donde el obispo Teodomiro lo halló en el siglo IX.

El Papa Urbano VIII habría declarado a Santiago Apóstol Único Patrono de España, pero antes del hallazgo de sus restos, un himno litúrgico de finales del siglo VIII, O Dei verbum, atribuido al Beato de Liébana, cita al hijo de Zebedeo como patrón de España:

“O vere digne sanctior Apostole
Caput refulgens aureum Hispaniae!
Tutorque nobis, et patronus vernulus,
Vitando pestem, esto salus coelitus:
Omnino pelle morbum, ulcus, facinus.”

“¡Oh apóstol santísimo y digno de alabanza,
cabeza refulgente y dorada de España!
Defensor nuestro y patrono nacional,
sé nuestra salvación celeste contra la peste
y aleja de nosotros toda enfermedad, llaga y maldad.”

Otra tradición española remarca el patronazgo del Apóstol: el “Voto de Santiago”, instaurado por Ramiro I de Asturias (790-850) en el siglo IX. Era una ofrenda anual a Santiago en el templo donde está sepultado. El voto perduró durante cientos de años, hasta que fue abolido por las Cortes de Cádiz en 1812, causando un disgusto entre la población. El rey Fernando VII lo volvió a instaurar, pero fue nuevamente abolido por la Revolución de 1869. En 1937 el general Franco lo recuperó nuevamente, estableciendo el 25 de julio como fiesta nacional en la que el Jefe del Estado haría una ofrenda nacional. En su ausencia lo harían los Jefes de la VIII Región Militar y del Departamento Marítimo de Ferrol. Con la llegada de la democracia la llevó a cabo el rey de España, en persona, y en ocasiones un delegado regio (el presidente de la Xunta de Galicia o el alcalde de Santiago, generalmente). Con la democracia plenamente instaurada, el 25 de julio dejó de ser fiesta nacional, aunque se sigue celebrando en tierras gallegas como día de Galicia. Además de la asociación entre Santiago y la peregrinación iniciada por el rey Alfonso II (y que plasma al santo como un peregrino).

          Santiago Apóstol en la Semana Santa de Cartagena

La Cofradía California se constituye oficialmente el 13 de junio de 1747. La configuración del cortejo del Prendimiento de Cristo se inicia en 1748, con 8 pasos (Conversión de la Samaritana, Oración en el Huerto, Ósculo, Prendimiento, Santiago, San Juan y San Pedro, y la Virgen del Primer Dolor). Excepto San Pedro, todas fueron obra del imaginero murciano Francisco Salzillo. Las Agrupaciones como las conocemos hoy día, se constituyen en el año 1928.

El 25 de Julio de 1936 se destruye la imagen del Apóstol que había sido esculpida por Salzillo. El 23 de marzo de 1977, día de la Salve Grande a la madre de los Californios, es bendecida la actual imagen del Apóstol Santiago, obra del imaginero José Sánchez Lozano, procesionando en el castrense Martes Santo de Cartagena y, a partir de 1983, también el Miércoles Santo en la Magna procesión del Prendimiento de Cristo. Actualmente el Santo Patrón de España se sitúa en diferentes pasajes evangélicos de nuestra Semana Santa, por ejemplo, en La Elección de los Zebedeos, la Santa Cena, Oración en el Huerto, Aparición de Jesús en el Lago Tiberíades y la Aparición a los discípulos de Emaús.

La imagen del Apóstol recibe culto todo el año en la Capilla del Pilar, sita en la Iglesia de Santa María de Gracia, cuyos orígenes se remontan a una pequeña ermita situada en lo que entonces era la zona baja de la ciudad, dentro del primitivo recinto amurallado de Cartagena. Se desconoce la fecha de creación de esa ermita, pero es sabido que ya existía en 1589.

                                     La bandera de España

Su Majestad, el rey Carlos III dispuso mediante el RD de 28 de mayo de 1785: “…usen mis buques de guerra, de bandera dividida a lo largo de tres listas de las cuales, la alta y la baja sean encarnadas y del ancho  cada una  de la cuarta parte del total y la de en medio, amarilla, colocándose en esta el Escudo de mis Reales Armas…y que las demás embarcaciones usen sin escudo los mismos colores…”.

El 13 de octubre de 1843 la adoptó el Ejército, siendo impuesta bajo el reinado de Isabel II como bandera nacional. Solo ha variado su composición durante la I República, quitando la corona real aunque mantuvieron los colores originales.  En la II República cambiaron el color encarnado de la franja inferior por morado, así como el escudo fue modificado. Tas la Guerra Civil, se volvió a los colores originales; se sustituyó el castillo que estaba en la parte superior  por la corona real y se incluyó el águila de San Juan en honor a los Reyes Católicos, en especial, a Isabel, que ya lo llevaba en su escudo personal incluso antes de ser reina. En 1981, con la democracia, se quito el águila y se añadió a la corona el emblema de la casa Borbón.

                                      Octubre del año 2017

El que suscribe, Vicepresidente de la Agrupación, pone en marcha una idea que tenía en mente desde hacía años: “A esa Capilla donde está nuestro Santiago, creo que le falta…, le falta la bandera de España, nación  de la que es Patrón el Apóstol”. Y puse en marcha mi idea.

Contacté con todos los hermanos de la Agrupación que pertenecen o han pertenecido a las Fuerzas Armadas y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Ya había recurrido a ellos en otra ocasión con otra idea y no habían fallado, (en el año 2011, les solicité que costearan la confección de un manto bordado para la Virgen del Pilar que procesiona en el trono de Santiago y llevaría detalles castrenses, especialmente pensados para la procesión de los traslados de los Apóstoles en el singular y esperado Martes Santo cartagenero). Se confeccionó un manto sobre tejido crepeado blanco, como es el color del manto que porta el Apóstol entronizado para ese día, al igual que también es de color  blanco la capa de los hermanos penitentes, bordado con detalles en oro fino y llevando por remate central los colores de nuestra rojigualda.

Pero volviendo al tema, comuniqué mi nueva propuesta al grupo, costear una bandera de España para que estuviera junto al Santiago en la Capilla. La respuesta fue un “SÍ” contundente. De esa manera, propuse la idea al Presidente, que dio el visto bueno con ilusión. Poco después, la Junta Directiva estaba informada y alguno de sus componentes también se ofreció a contribuir en el proyecto. La fecha para  el acto de su bendición y posterior colocación en la Capilla junto a nuestro Santiago se estableció en que no podía ir más allá de la víspera de la festividad de la Constitución española y así se llevó a efecto.

Con la facilidad que hoy día nos da internet, localicé la empresa donde adquirir la insignia nacional como debía ser, en tejido de raso, con el escudo bordado, con mástil y peana.

Al poco, llegó la bandera y llegó el día. En este sentido, resaltar la gran disposición de D. Fernando, coadjutor de la iglesia de Santa María, que dio numerosas facilidades para la celebración del acto, siendo muy entrañable, especialmente para el buen grupo de santiaguistas allí presentes. Por todo ello, doy de nuevo las gracias a todos los que hicieron posible con su ilusión llevar a cabo el proyecto.

Avanzando en el tiempo, concretamente en el año 2019, volví a lanzar otra propuesta al mismo grupo de entusiastas santiaguistas. En esta ocasión, se donó otro manto para nuestra Pilarica, en color encarnado, repitiéndose la secuencia del mismo color del manto del Apóstol y la capa de los hermanos penitentes, para lucirlo en la magna procesión del Prendimiento de Cristo en el Miércoles Santo de Cartagena, bordando con hilo de oro la réplica del medallón central que luce el Santo en el mencionado manto.

Y así cerramos esta breve historia de nuestro querido Apóstol Santiago, su vivencia como fiel seguidor de Jesús, hasta llegar a nuestra actual patria, España, posiblemente por nuestra entrañable ciudad para predicar la luz del evangelio. Su ánimo en una batalla importante para nuestra historia y que por suerte fue un éxito para las filas de las tropas españolas, hasta ser nombrado patrón de España, de la Caballería de nuestro glorioso Ejército, que tantos éxitos ha dado en los diversos y lejanos escenarios a lo largo de nuestra gran historia y su siempre disposición en cualquier escenario convulso.

En definitiva, Santiago, el del carácter impetuoso, nos refleja, con su imagen en la Capilla del Pilar, la templanza de un hombre curtido en la mar, que se sobrepone a cualquier vicisitud surgida, y nos dice con su mirada serena “Aquí me tenéis, con la bandera de España a mi lado, la Patria que me acogió, por la que paseé predicando el evangelio y en la que descanso”.

¡VIVA SANTIAGO y VIVA ESPAÑA!

Francisco Llamas Hernández
Vicepresidente Económico de la Agrupación de Santiago Apóstol

Santiago Apóstol con la bandera de España
Directivos y miembros de la Agrupación con el Apóstol Santiago y la bandera de España en la Capilla del Pilar
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Artículo nº1 – Santiago Apóstol, Patrón de Caballería, Patrón de España

02/03/2022AGRUPACIÓN DE SANTIAGOAGRUPACIÓN DE SANTIAGOAGRUPACIÓN DE SANTIAGO APÓSTOLCOFRADÍA CALIFORNIAEL LAVATORIO DE LOS PIESLA ELECCIÓN DE LOS ZEBEDEOSNOTICIASTERCIO FEMENINO “EL LAVATORIO DE LOS PIES”

Santiago de Zebedeo, conocido como Santiago el Mayor, nació en Betsaida, a orillas del mar de Galilea o Mar de Tiberiades, como le llamaron los romanos en recuerdo del emperador Tiberio. Hijo de Zebedeo, pescador, y de Salomé, y hermano de Juan.

Santiago tuvo que poseer unas especiales cualidades humanas que le hicieron ser elegido junto a su hermano Juan, a Pedro y a Andrés, ya que por las noticias que nos dan los Evangelios, se ve que era uno de los predilectos de Jesús, pues siempre estuvo en el reducido grupo que el Señor reserva para ser testigo de los acontecimientos más relevantes de la Pasión. Por su ímpetu, temeridad o valentía, el propio Jesús le llamó “Hijo del trueno”.

Según la tradición, Santiago puso pie en  Hispania en el año 40, dispuesto a difundir el Evangelio a las desconfiadas gentes que seguían dando culto a sus ancestrales dioses o a los recientes impuestos por sus civilizados conquistadores romanos. Según distintas tradiciones orales, Santiago desembarcó posiblemente en el puerto de Cartago Novacaminando por las vías romanas, probablemente pasó por Itálica o por Emérita Augusta, continuó por Lusitaniay terminó en Iria-Flavia, en la actual Galicia.

Desesperado podría encontrarse por sus escasos progresos, cuando la Virgen María, hubo de aparecérsele en Zaragoza para prometerle que sus esfuerzos se verían coronados por un rotundo éxito.

Tras un largo viaje por la Península Ibérica, finalizado su periplo por Hispania, debió embarcar en algún puerto con rumbo a Palestina. Al poco tiempo, le cupo el honor de ser el primero de los Apóstoles de Jesús en padecer el martirio. Santiago regresó a Jerusalén y en el año 44 fue decapitado con una espada, por orden del rey Herodes Agripa. No obstante, sus discípulos recogieron su cadáver y lo embarcaron con dirección a la Hispania Romana. Siempre, según la tradición, la nave desembarcó en la costa marítima gallega, donde se enterró su cuerpo, yaciendo en un campo de estrellas, campus stellae. Y se encontró posteriormente, un cuerpo con una cabeza a su lado, por los reyes astures, y fue trasladado hasta el lugar donde se halla la catedral compostelana en la actualidad.

Con todo, el relato quedó enraizado en la tradición ibérica y en el año 1630, siendo monarca Felipe IVel papa Urbano VIII decretó oficialmente que el Apóstol Santiago, el Mayor, fuera considerado solo y único Patrón de la Nación Española.

«Dios hizo a Santiago, Patrón de España, que no existía entonces, para que cuando llegue el día pudiera interceder por ella y volverla otra vez a la vida con su doctrina y con su espada», afirmó en una ocasión Francisco de Quevedo.

Pero no acaba aquí la advocación y la admiración del pueblo español por su Apóstol.

En el siglo IX, a comienzos de la Reconquista de España, tras la invasión islámica del año 711 y  la finalización de los reinos visigodos, se produce la Batalla de Clavijo, según escritos del arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada, eclesiástico, militar, historiador y político, en la que participan, por el lado cristiano, el rey de Asturias Ramiro I y, por el lado musulmán, el califa Omeya de Córdoba Abderramán II. El tercer participante y quizás el más importante por ser el que obtuvo mayores beneficios fue el Apóstol Santiago y su causa.

Esta mítica batalla de Clavijo, según consta, es difícil de precisar en cuanto a fecha. El mencionado arzobispo, Rodrigo Jiménez de Rada, la ubica el 23 de mayo del año 844, pero él escribió unos 400 años después de los hechos que narra. Algunos historiadores en sus escritos proponen otras fechas como el año 856, otros la ubican en la Batalla de Simancas en el año 939 y otros escritores se decantan porque la batalla de Clavijo nunca existió tal y como se plantea.

El lugar de la batalla se ubica en la localidad de Clavijo, provincia de La Rioja.

Los que sostienen la batalla de Clavijo como un hecho real de armas narran, y esto es otro asunto que deja esta batalla entre la leyenda y la realidad, que el emir Abderramán I impuso el pago del tributo de 100 doncellas cada año, 50 hidalgas y otras 50 plebeyas, tributo que fue aceptado por el rey asturiano Mauregato. Esto ocurre entre el año 783 y 788 y dice el relato que en el año 842 el rey Alfonso II se negó a seguir pagando este humillante tributo a los moros. Su hijo Ramiro I fue quien hubo de hacer frente al cobro del tributo que ejerciera el califa Abderramán II.

Cuenta la leyenda de esta batalla que, en el choque de fuerzas, los españoles llevaron la peor parte, quedando Ramiro I y sus tropas al borde de la derrota. Los sarracenos eran muchos más que los españoles, y tuvieron que replegarse al monte que daría nombre a la batalla que habría de darse al día siguiente. Ahora bien, el relato cuenta que la noche antes de la batalla, recibe Ramiro I en sueños la visita del apóstol Santiago, animándolo a guerrear con valentía al día siguiente y prometiéndole su apoyo en la batalla. Aquí es donde se convierte en leyenda, cuentan que durante la dura batalla y estando los españoles en evidente desventaja, aparece Santiago en una cabalgadura blanca y empuñando su espada, causando el giro de la batalla, dejando en aquellas tierras unos 70.000 muertos.

La consecuencia inmediata de esta batalla real o no, fue servir de estímulo e impulso a España para librar lo que se conoció como la Guerra de Reconquista, mediante la cual se lograría arrancar de la península a los moros, en parte porque esta batalla de Clavijo le dio un carácter de Cruzada Santa a la lucha por la Reconquista.

Aunque no hay grandes detalles de la batalla, se dice que con ayuda de Santiago, a partir de ese momento también llamado Santiago Matamoros, Ramiro I obtuvo la victoria, sin embargo el verdadero vencedor tanto en la narrativa como en el resultado de la épica batalla fue Santiago y, por ende, la iglesia. Pero, si lo vemos desde las consecuencias de la Batalla de Clavijo, para el pueblo español fue un impulso para librar a la península del dominio musulmán. Aunque esto no ocurrió realmente hasta 1492, con la toma de Granada, casi seis siglos después.

No es difícil imaginarse a este Apóstol, descrito como rudo, sencillo, impulsivo, valiente, predispuesto a la aventura y con una fe inquebrantable, cabalgando con ímpetu arrollador en Clavijo, arrastrando al Rey Ramiro I y a sus huestes.

Santiago Apóstol fue declarado Patrono del Arma de Caballería el 30 de junio de 1846 por el entonces Vicario General Castrense. El 20 de julio de 1846 se designó al Apóstol Santiago patrón del Arma de Caballería, cuya proclamación fue posteriormente ratificada el 20 de julio de 1892. De ahí que el 25 de julio se celebre el patrón de la Caballería.

“Nunca «el espíritu jinete» pudo estar mejor representado que en esta ocasión en la figura de Santiago, el espíritu que siempre ha animado a cualquier regimiento infatigable de Caballería. Pero no es solamente en el combate donde se percibe la benéfica influencia de Santiago en nuestros jinetes, también se percibe en la vida cotidiana, una sutil presencia del Apóstol entre los componentes del Arma, que se traduce en ciertos comportamientos inconfundibles ante los cuales hasta con los ojos cerrados, se puede asegurar de alguien que pertenece al Arma de Caballería.

Santiago sintetiza la representación de las nobles ideas constituidas por el compañerismo que aleja todo egoísmo individual y que impulsa sentimientos de abnegación, siendo estas bases de todas las virtudes militares. Estas cualidades y sentimientos, Santiago los vierte abundantemente en sus nobles hijos, los jinetes españoles de todos los tiempos. Ese compañerismo y esa abnegación los necesitan hasta el paroxismo para cumplir su misión en el combate, pues, las situaciones, más o menos frecuentes para otros componentes de los Ejércitos, en los que se exige llegar al heroísmo en Caballería son habituales por lo específico de su misión y la forma en que debe cumplirse.

Finalmente, en la tradición militar de España, el grito de guerra «¡Santiago y cierra España!» ha sido utilizado por los soldados desde la Reconquista hasta la época moderna antes de cada carga en ofensiva. Frase muy utilizada en las batallas de la Reconquista por los conquistadores españoles mientras se forjaba un Imperio, por los antiguos tercios de infantería en Europa o hasta tiempos más recientes como el laureado regimiento de caballería Alcántara. El significado de la frase es, por una parte, invocar al apóstol Santiago, que según la leyenda, se apareció durante la Batalla de Clavijo para combatir junto a los cristianos, y por otro, la orden militar “cierra”, que en términos militares significa trabar combate, embestir o acometer.

¡Santiago y Cierra España!

Eladio Sánchez Campillo
Portapasos y directivo de la Agrupación de Santiago Apóstol

Santiago Apóstol